POR QUÉ NO USO PARTITURAS MUSICALES
QUERIDOS AMIGOS
Respondiendo a varios
colegas que me preguntaron por las partituras pentagramadas de los
temas publicados les cuento...:
Todo este trabajo
instrumental (si porque la flauta era para los que no sabían otro
instrumento, sino los incorporaba al ensamble y escribía la
partichela de su instrumento) nace en 1995 cuando llega a mi vida la
primera Compacq Presario 6410 que tenía UN GIGA DE MEMORIA.
Hay empecé a trabajar con
MIDI y luego su tranformación a WAV. Usaba el Cakewalk y
directamente imprimía las partituras.
Durante más de cinco años
exigí que leyeran música pero fue en el 2000 que el cambio de siglo
me trajo lucidez. A muchos de mis alumnos les costaba entenderla pues
Dios o el Ser Supremo que ustedes quieran no lo proveyó de ese
talento, así que me aparecían partituras hermosas pentagramadas con
las notas escritas debajo o encima y algunas con el dibujito de la
flauta de la digitación que les costaba.
En ese momento comprendí
que mi taréa es que conozcan el lenguaje, lo descubran y gusten y
para eso debía allanarles el camino y no hacérselos más difícil.
Por eso imprimía las
partituras con el pentagrama y debajo el nombre de cada nota.
La situación económica
de mi país hizo que fuera imposible comprar tinta de impresora y
como otro método no conocía empecé a escribir las partituras
manuscritas poniendo la letra del tema y debajo las notas. Éxito
mayor pues como siempre contaba con guitarristas las tocaban
instrumentalmente y las cantaban. Y ahí entregué la
chancleta.
Me dediqué a perfeccionar las pistas que los atraían y debo decir que muchos de ellos gracias a esta experiencia áulica se dedicaron a estudiar música y tengo varios colegas discípulos.
Me dediqué a perfeccionar las pistas que los atraían y debo decir que muchos de ellos gracias a esta experiencia áulica se dedicaron a estudiar música y tengo varios colegas discípulos.
Esta
es la historia. Un abrazo gigante
Romeo
Silenzi
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